Gordx

Visibilizamos estereotipos sociales que repercuten en la salud mental y en la percepción que tenemos sobre nosotrxs. Comenzamos con es artículo; Gorda.

Proyecto Princesas nació con la intención de romper los estereotipos creados sobre los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) a través de la fotografía. La necesidad de visibilizar los TCA nos llevó al activismo en redes sociales (RRSS). A día de hoy utilizamos las RRSS para mostrar la realidad de los TCA, divulgar información de calidad y ofrecer apoyo. Desde la compasión y necesidad que sentimos por romper con el estigma que recae sobre los TCA, luchamos también contra los prejuicios y estereotipos sociales que se relacionan con estos trastornos y los alimentan. En este caso hablaremos de la gordofobia.

Con este artículo comenzamos una sección dedicada a visibilizar, denunciar y explicar el conjunto de factores sociales, culturales y económicos que pueden repercutir en la salud mental y en la percepción que tenemos sobre nosotrxs y nuestra corporalidad. Analizaremos  a través de distintos artículos, post e ilustraciones los factores socioculturales que inciden, afectan y contribuyen a los TCA, a la alimentación desordenada y a nuestra autoestima.

En esta sección de factores socioculturales, participaremos diferentes personas con la idea de aportar visiones diferentes desde diferentes disciplinas, con la intención de visibilizar estas problemáticas e invitar a la reflexión logrando un cambio social.

Queremos inaugurar esta sección con una temática que ya hemos tratado a través de nuestros directos en Instagram y que creemos que es realmente importante crear conciencia. La gordofobia.

Muchas personas nos escribís denunciando el bombardeo de imágenes y mensajes gordófobos en los que lo único que importa es el peso que se puede ganar durante el confinamiento y por ello hemos elegido este tema para comenzar. Este tipo de información no es nueva ya que por desgracia forma parte de la cultura de dieta permanente; sin embargo, se hacen más fuertes en fechas señaladas como las fiestas navideñas, las vacaciones o la situación excepcional del confinamiento en casa. 

Sorprende que en medio de una pandemia global que ha causado miles de muertes sólo en España, la mayor preocupación sea “ganar peso”. ¡Da mucho que pensar sobre el tipo de sociedad en que vivimos!

Se pone más la alarma en si te cabrán los jeans o no después del confinamiento que en fomentar la salud integral de las personas (física, mental, emocional y social). Todos estos mensajes de cultura de dieta centrados en el aspecto físico no contribuyen a mejorar la salud sino que pueden empeorarla a medio y largo plazo. 

GORDA

¿Qué sientes al oír o leer la palabra gordx? Es probable que experimentes cierta incomodidad o incluso ansiedad. Es increíble cómo una simple palabra, gorda, ha llegado a tener tal fuerza e impacto negativo en nuestra sociedad actual. 

Para las personas con TCA, la palabra gorda y los comentarios relacionados con la gordura pueden generar mucha ansiedad y malestar con independencia del peso de la persona. Sin embargo, la palabra gorda no sólo afecta a personas con TCA sino que se ha convertido en una palabra cargada de estigma y connotaciones negativas debido a la gordofobia y el ideal de belleza delgado. 

Los comentarios gordófobos están por todas partes. A menudo podemos detectarlos en nuestro círculo cercano o incluso en nosotrxs mismxs.

“Si estuvieses más delgada…estarías más guapa”

“Si adelgazases…te echarías novio”

“Has adelgazado y te ves más guapo”

“Con lo guapa de cara que eres…si no fueras gorda, serías perfecta”

Parece que todos tienen derecho a opinar sobre nuestro cuerpo, incluidos los profesionales de la salud. De hecho cuando rechazamos su opinión, se excusan con respuestas tipo: Era una broma”, “A mí me da igual”, “Es por tu salud”, etc. 

¿Hay algo malo realmente en ser gordx?

Nuestra sociedad castiga el hecho de ser gordx. Los cuerpos gordos están estigmatizados y abundan los estereotipos sociales que vinculan los cuerpos más grandes con la mala alimentación, la dejadez, la pereza o la falta de salud en general. Estos prejuicios hacia las personas gordas están presentes en todas partes: publicidad, redes sociales, medios de comunicación, deporte, trabajo, relaciones sociales, nutrición, medicina, etc.

Nuestra sociedad gordófoba señala, rechaza y teme la gordura. 

Se castiga más a la persona gorda que a los que promueven hábitos dañinos y peligrosos para la salud sólo para alcanzar ciertos estándares de belleza.

¿Sabéis que el miedo a engordar reside en las personas con independencia de su condición física?

Lo vemos todos los días, por todas partes, a través de comentarios, mensajes e imágenes que de manera directa o indirecta muestran rechazo hacia los cuerpos más grandes o gordos. A veces se ve “a simple vista” y otras se disfraza de consejos de nutrición o salud, imágenes “graciosas” u opiniones “sin importancia”. En estos tiempos de pandemia, el miedo a engordar se ha destapado de modo desmesurado y con ello millones de mensajes gordófobos; lo que nos preocupa mucho.

¿Qué es la gordofobia?

Comenzaremos aclarando que este término no esta aceptado en nuestro diccionario y por lo tanto,  no existe como tal. Recalcamos esta información ya que nos sorprende que una palabra que cada vez está más presente en el vocabulario de nuestra sociedad, aún no esté reflejada por la Real Academia Española. Una vez hecha esta aclaración podemos informar sobre el significado que se le ha ido asignando socialmente  a este término a rasgos generales.

Intolerancia, sentimiento de repulsión, rechazo y malestar hacia las personas con cuerpos más grandes, con más peso o volumen o simplemente gordos. Estas sensaciones suelen transformarse en actos verbales, morales y mentales en contra de las personas consideradas gordas.

El problema no es solo la insistencia de los mensajes gordófobos, sino que la gordofobia está tan implantada en nuestra sociedad que no somos conscientes de ello. 

Sabemos que el tema de la gordura puede resultar controvertido y polémico entre los profesionales de la salud respecto a la manera de concebirla y abordarla. Pero esto no justifica en ningún caso la discriminación hacia las personas con cuerpos más grandes o gordos, ni tampoco el hecho de que se asocie la gordura a la enfermedad y la delgadez a la salud. El tamaño del cuerpo no es un indicador de salud per se en ausencia de otros muchos indicadores y medidas reales de salud física, mental y emocional. 

Tomemos conciencia de cómo nos han condicionado mentalmente desde hace décadas para pensar que ser gordo es “malo”. ¿Cuántas personas han sufrido por esta razón?

 

Es necesario hacer un trabajo de reprogramación mental de esas creencias gordófobas que comienza en nosotrxs mismxs. Evitemos juzgar a los demás por su tamaño corporal, valoremos nuestros cuerpos por lo que nos permiten hacer y no sólo por su ajuste a un ideal estético construido socialmente. Fomentemos hábitos saludables, rompamos con la cultura de dieta y acabemos con la obsesión por alcanzar y mantener un cuerpo delgado a toda costa que tanto daño causa. 


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