Sabemos que la época de navidad puede ser desafiante no solo para quien sufre un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA), también para los familiares que están cerca. Queremos acompañaros con el objetivo de que podáis a ayudar a vuestro ser querido. Para ello os acercamos Tips para acompañar a quien sufre TCA, sea tu pareja, familiar y/o amigx. Porque con información y recursos marcaréis la diferencia, haciendo que se sienta mejor y aportando en la recuperación del TCA.
Paloma Rivas nos trae este nuevo artículo donde comparte tips para quienes sentís la necesidad de acompañar del mejor modo a la persona que queréis y que está sufriendo, aún más, en estas fechas.
Recuerda compartir esta información con aquellos familiares con los que compartiréis reuniones y comidas en estas fiestas.
Tips para acompañar a quien sufre TCA en navidades
Diciembre es un mes bucólico, repleto de magia y encanto. Una fecha en la que hacemos lectura del año, de los objetivos que hemos cumplido y los nuevos propósitos que, para el siguiente, deseamos alcanzar.
Sin embargo, diciembre también es el mes en el que se incrementan de forma considerable aquellos encuentros en torno a los almuerzos y cenas típicas de las fiestas navideñas. Como bien es conocido, nuestra vida social gira en torno a la alimentación, por lo que estas fechas pueden convertirse en una verdadera cuesta arriba para las personas afectadas por un trastorno alimentario. Estas llegan a sentirse presionadas por ingerir más comida de lo habitual, por la exposición a alimentarse en público o por el simple hecho de sentarse a una mesa rodeada de productos hipercalóricos y familiares que insisten en que prueben bocado.
Si te preguntas qué puedes hacer como familiar o amigo para que la persona afectada por TCA se encuentre cómoda en las diferentes reuniones, a continuación, te propongo diferentes tips:
EVITAR LOS COMENTARIOS SOBRE EL CUERPO:
Es muy probable que nadie haya pedido esta opinión, y, sin embargo, es una de las más estandarizadas: hacer juicios de valor acerca del aspecto físico de otras personas.
Todos sabemos perfectamente en qué estado nos encontramos, cuáles son nuestras proporciones, si hemos subido o bajado de peso. Y por supuesto, no necesitamos que nadie nos recuerde que padecemos un trastorno alimentario, ni que nadie nos adoctrine sobre cómo se supone que debería verse nuestro cuerpo.
Hacer comentarios sobre el aspecto de otras personas, estén éstas o no en la reunión, es un juicio vacío, sin ningún tipo de aporte importante a la conversación.
Si te preocupa el estado físico de tu familiar o amigo, será mucho mejor que le preguntes sobre sus emociones o sentimientos en una conversación privada.
EVITAR LOS COMENTARIOS SOBRE LAS CALORÍAS QUE PUEDAN TENER O NO CIERTOS PRODUCTOS:
Otro tema de conversación recurrente en eventos navideños y que no aporta más que preocupación.
Debemos recordar que las personas afectadas por un TCA suelen mostrarse inquietas ante alimentos que puedan engordarles con mayor facilidad, por lo que son perfectamente conscientes de que algunos de los servidos en las comidas o cenas navideñas son altamente calóricos. Con lo cual, a priori, tenderán a evitarlos.
Si además les recordamos que están ingiriendo demasiada comida o que ciertos alimentos son demasiado calóricos, se reprimirán y no los tomarán, o, por el contrario, sí que los tomarán, pero siempre que después puedan llevar a cabo conductas compensatorias como el exceso de actividad física o el vómito.
AYUDAR AL AFECTADO CON SU MENÚ NAVIDEÑO:
Si la persona sigue un patrón alimentario recomendado por especialistas sanitarios, debe continuar con él durante la Navidad.
Por lo tanto, podemos involucrarla en la ejecución del menú para que se sienta cómoda sabiendo qué va a comer o qué va cenar. Podemos invitar, a su vez, a la persona a cocinar sus propios alimentos o a cocinar parte del menú.
De esta forma no sé sentirá excluido de las preparatorias.
NO IMPONER AL PACIENTE QUE COMA NADA QUE NO DESEE:
La persona podrá añadir nuevos alimentos a su menú si así lo desea, pero no debemos, bajo ningún concepto, imponerle qué o cuánta cantidad debe tomar.
El enfrentarse a una comida o cena copiosa ya se considera un gran disparador de estrés y, por lo tanto, una variable que pueda incrementar la sintomatología del trastorno que padece.
Como familiares y/o amigos debemos ayudar al afectado a reducir esos picos de malestar, haciéndoles entender que estar con sus seres queridos es parte de esa zona de bienestar personal y no al revés.
SERVIR DE FORMA INDIVIDUAL:
Sería recomendable que, el paciente, tuviese un plato único: uno para la comida y otro para el postre. Esto le ayuda a no tener sensación de desbordamiento ni agobio excesivo por la exposición a tantos productos.
Si la persona se encuentra cómoda y segura, cogerá algo de los entrantes o entremeses sin necesidad de que le invitemos a comer más ni de que incidamos de forma recurrente en la idea.
ACOMPAÑAR DURANTE TODO EL PROCESO:
Nuestro familiar y/o amigo necesita de nuestra comprensión y acompañamiento emocional. Es decir, necesita que le enseñemos que podemos ser su zona de confort, su lugar seguro. Y que, por tanto, puede comer lo que necesite o requiera sin sentirse juzgado.
Debemos involucrar a la persona, sea su ingesta o no distinta al resto. Debemos hacerle sentirse parte del núcleo familiar/social, porque, de hecho, así lo es.
REFUÉRZALO POSITIVAMENTE:
Gratifica su esfuerzo con gestos y palabras amables. Para un paciente de trastorno alimentario la Navidad es todo un reto que superar. Ayúdale a ser resiliente. No juzgues su conducta. La persona no ha elegido tener esta patología, pero sí decide cada día luchar contra ella en pro de su recuperación.
AYÚDALE A NO PERDER EL CONTROL:
Ante una gran cantidad de alimentos, el paciente puede tener dificultades para gestionar qué come durante los almuerzos y/o cenas. Generando así una falsa sensación de seguridad que después se convertirá en culpabilidad y en un posible efecto rebote como conductas compensatorias o pensamientos intrusivos.
Queremos destacar que todos estos tips para acompañar a quien sufre TCA, son recomendaciones genéricas que pueden verse modificadas por aquellos especialistas responsables de la intervención de la persona con una afección por TCA. Por lo que, ante cualquier duda individualizada, te aconsejamos que pedir ayuda y asesoramiento a tu psicólogo o profesional sanitario de referencia.
Además, y si estás interesado en obtener mayor información, te recomendamos acompañarnos en el próximo taller. Lo impartiremos el día 22 de diciembre de manera telemática. En él hablaremos de todo esto y mucho más. MÁS INFO PINCHANDO AQUÍ.