Ya está aquí el verano y sabemos que es una época que incomoda a gran parte de las personas que sufre un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA). En muchos casos, la enfermedad se adueña de parte de la persona sin dejarle disfrutar de grandes momentos que aporta el verano.
Esto muchas veces se debe al cambio de ropa y a usar bañador o bikini teniendo que exponer nuestros cuerpos. Por eso queremos ayudaros a hacer más fácil esta temporada del año. Si te encuentras ahora en algún lugar del mundo donde es verano, como España, tenemos un reto especial para ti. Desde Proyecto Princesas y junto a @quisesercomoanaymia. Queremos proponer un reto para este verano; vístete como quieras y sin miedos.
VÍSTETE COMO REALMENTE QUIERAS SIN MIEDO
Párate un momento a pensar; ¿Cuánta ropa has dejado de ponerme durante la enfermedad por miedo a mostrar tu cuerpo? Leire, nos cuenta cómo lo vivía ella:
La vergüenza que sentía hacia mi cuerpo, ese rechazo, hizo que durante años vistiera con ropas anchas y oscuras. Intentando ocultar sus formas de la vista de los demás y de mi propia vista. Porque no solo pensaba que los demás se burlarían de mi cuerpo si lo veían. Yo misma me avergonzaba de él. Lo odiaba, lo veía gordo, horroroso… Cada vez que me reflejaba en algún sitio, no podía evitar mirarme y avergonzarme de lo que veía.
Deseaba que cambiase, pensando en cómo se vería cuando llegase a los objetivos que me marcaba la enfermedad. Pensando que solo entonces se vería bonito, que solo entonces me gustaría. Lo que no me daba cuenta era que cada vez lo odiaba más, cada vez lo veía peor, cada vez estaba menos sano. Aparté de mi armario cualquier prenda ajustada, cualquier prenda que permitiese que se viera más de lo necesario mi cuerpo.
Además, deje de lado los colores alegres, no solo porque mi estado de ánimo no casaba con ellos, sino porque pensaba que llamaba demasiado la atención y que la gente se fijaría más en mí y en mi cuerpo si me vestía con ellos.
Pero en el fondo, yo quería poder vestir como la gente que veía por la calle. Ponerme la ropa que realmente me apeteciera sin miedo. Poder ir a la playa o la piscina y disfrutar de ella en bañador, en vez de pasarme el día con ropa o tapándome con la toalla. Cuando hice las paces conmigo misma, cuando acepté mi cuerpo, cuando lo vi como lo que realmente era; mi hogar, mi casa… El que me acompañaría durante toda mi vida, el que me permitiría andar, ir a sitios, disfrutar de cada momento… descubrí que no tenía nada de lo que avergonzarme, al contrario, solo se merecía palabras bonitas por todo lo que hacía por mi y por todo lo que había aguantado durante estos años.
Y entonces empecé a cuidarlo como nunca. Y uno de esos cuidados fue vestirlo como realmente quería. Con la ropa que realmente me gustaba, disfrutando de ella sin miedo al qué dirán, sin verlo feo, sin odiarlo. Queriéndolo y abrazándolo.
En este reto queremos animarte a que hagas las paces con tu cuerpo. A que veas lo maravilloso que es, y que puedas disfrutar vistiéndolo con esa ropa que tanto te gusta, pero que tanto miedo te da. Para ellos, es muy importante que aceptes a tu cuerpo. ¡Vístete como quieras!
¿Cómo hacer para aceptar tu cuerpo?
Te proponemos que mantengas una conversación con esas partes de tu cuerpo que menos te gustan y busques las cosas buenas, lo que las hace únicas. Dales las gracias por lo que hacen cada día por ti. Por ejemplo; “gracias piernas, por llevarme cada día a diferentes lugares, por permitirme moverme y descubrir cosas maravillosas”.
Aceptar tu cuerpo no quiere decir que tenga que gustarte todo de ti, pero sí que estés en paz. Una vez hechas las paces con tu cuerpo, querrás honrarlo y verlo brillar. Poco a poco, te atreverás a vestirlo con colores que realmente te gusten, con formas que antes no te habrías atrevido y que ahora disfrutarás.
Este verano, no tengas miedo a ponerte un bikini y disfrutar de la playa, te lo mereces, tu cuerpo se lo merece. Disfruta de la vida, disfruta de cada momento de tu vida, ¡sé feliz!