En nuestra campaña de Navidad «La fiesta en paz» queríamos compartir un testimonio sobre la Navidad que ayudase a la sociedad a entender que suponen estas fechas para alguien que padece Trastorno de la Conducta Alimentaria. En este testimonio conoceremos como vive la Navidad nuestra participante Sialra. Ella nos hizo testigos de «Cuando un TCA entra en tu vida», ahora nos cuenta cómo vive las Navidades con su familia.
La Navidad es la época en la que los niños tienen más ilusión por disfrutar de todo. Es un mundo mágico e inolvidable para ellos, la Navidad está llena de sorpresas, reencuentros familiares, juegos con los primos, regalos, bailes, canciones, cariño y mucha felicidad. Desde que mis hijos nacieron y llegan éstas fechas; he viajado sola, trabajado a 200 km sin verlos en vacaciones, con tal de que disfrutasen con sus abuelos en el pueblo y pasaran sus Navidades de ensueño. Todo era sacrificado para mí y a la vez gratificante nada más verle sus caritas de entusiasmo.
Desde hace 2 años y medio, las Navidades cambiaron en mi vida, en mi casa y con mucho dolor también cambiaron para mis hijos…
Desde hace 2 años y medio, las Navidades cambiaron en mi vida, en mi casa y con mucho dolor también cambiaron para mis hijos… Debido a mi enfermedad mental TCA que ya se instaló primero en mi mente y después en mi cuerpo. De ésta manera todo fue cambiando poco a poco para todos, a la vez que ellos tuvieron que ir aprendiendo, madurando y entendiendo que mamá no estaba bien y que no estaba como antes de enérgica y disfrutona con un simple paseo y ver las luces de Navidad… Pero ellos son tan responsables, a pesar de tener unas edades tempranas, que se fueron adaptando a la situación, igual que yo me iba adaptando a mi TCA.
LLevo apenas 2 años y soy consciente de que quedan algunos más, pero por eso no voy a limitar a mis hijos. Quiero que vivan unas Navidades como se merecen y como cualquier otros niños, llena de ilusiones, regalos, visitas de sus abuelos y sobretodo mucho cariño y amor. Para mí, todo esto es muy duro porque me siento muy culpable, síntoma propio de un TCA pues multiplicado por 1000. Tengo un miedo horrible a que éstos años los recuerden de manera negativa y frustrante para ellos, así que, lo que intento y hago es ofrecerle todo lo que puedo. Salgo con ellos, decoramos la casa como siempre e intento estar alegre cuando solo tengo voces que me atormentan en la cabeza.
Intento que me vean bien y si tengo una recaída o un día malo, les hago entender que es parte del proceso y les ayudo a que entiendan
Intento que me vean bien y si tengo una recaída o un día malo, les hago entender que es parte del proceso y les ayudo a que entiendan, que si me emociono al ver el alumbrado del centro de Sevilla, es porque estoy sensible y los necesito más que nunca. Ellos me entienden y me aportan mucho más que cualquier adulto y me abrazan, me dan besos, me preguntan si me agobio… Eso es lo que me llena y me quedo con sus gestos de amor, porque yo sé que esto les pasará factura, pero también se llevarán un aprendizaje y la vida es eso, aprender continuamente de todo, tanto de lo bueno como de lo malo.
En resumen, mi dolor interno es enorme, porque les he cambiado sus planes en Navidad. Pero en realidad, todos hemos madurado y aprendido a diseñar nuestras Navidades como otras familias, que se tienen que adaptar a otras situaciones. Pienso que con cariño y amor cualquier día es Navidad y aquí en mi casa se vive el día a día y su cariño lo tengo siempre, que es lo más importante. El estar con ellos todos los días y compartir meriendas, duchas, tareas y lo que conlleva el día a día, me merece más la pena que irme a trabajar y no verlos.
Con todo esto quiero decir, que vengan todos los TCA que quieran, que ya estoy yo aquí para convivir con ellos, pero el dejar de disfrutar con mi familia cualquier época del año, no lo cambió por nada del mundo!!!
Raúl y Sofía mamá os quiere (como siempre les digo).
Gracias Sialra por tu testimonio, gracias por mostrar el reflejo de tu vida en Navidad con un TCA
Lulú Lanceur
Si tenemos otro tipo de enfermedad no hay lugar para la culpa, como mucho sentiríamos lástima de nuestra suerte y no nos damos cuenta de eso, de que se está enferma y no es nuestra culpa. Y de que también es un aprendizaje para nuestros hijos, mamá está enferma , mamá no es perfecta, mamá lo está intentando y por qué no, mamá lo ha conseguido. Mucho ánimo!!
Macarena
Que mensaje tan positivo envías Sialra!!! Enhorabuena por TODO el amor que reflejas en este texto!!!! Se nota que eres fuerte y querida, podrás con esto!!! Y cuánto me alegra ver que aprendes -y tus hijos- de todo esto. Un fuerte abrazo!