La fiesta en paz: para quien sufre el TCA

Con nuestro articulo pretendemos que las personas que sufren TCA puedan tener "la fiesta en paz"

En el artículo de hoy, le damos el protagonismo a aquellos que, precisamente, quieren ser cualquier cosa, menos protagonistas en las celebraciones navideñas que, normalmente, tienen como nexo común la comida: las personas que sufren el Trastorno de la Conducta Alimentaria en primera persona y que, tan bien, nos describieron cómo se sienten, incluso mucho tiempo antes de que lleguen estas fechas. 

La fiesta en paz: Para quien sufre el TCA, es el ultimo articulo de nuestra trilogía «La fiesta en paz» y esperamos que sea de especial ayuda para quienes sufrís en estas fechas a consecuencia de la enfermedad.

Cuando tenemos un TCA, dependiendo de nuestro diagnóstico o nuestro perfil, podríamos irnos hacia dos de los extremos: al aislamiento y la negación a ingerir nada, o bien, a darlo todo por perdido y dejarnos llevar por el impulso de ingerir todo lo que se nos ponga delante, junto a la ansiedad que siempre acompaña al proceso de comer compulsivamente. 

Cualquiera de las dos direcciones, implicaría un sufrimiento extremo que podría llevar a un empeoramiento o retroceso en el proceso de la enfermedad. Y queremos cualquier cosa menos eso. No necesariamente la Navidad se ha de convertir en una época de excesos. Se pueden mantener ciertos hábitos saludables incluso dentro de las delicatesen que nos ponen delante. 

Nos han ido dando algunas recomendaciones que han ayudado a en estos momentos a quienes padecen o han padecido tiempo atrás un TCA. 
  • Poner en un plato lo que iba a comer. El ver tantos platos con tanta comida me agobiaba.
  • Apoyarte en las personas de tu alrededor, distraerte, hacer cosas que te gusten.
  • A no creo que no concentrarme solo en la comida, sino ver las otras actividades o la compañía. 
  • Buscar un “aliado” en la mesa, con ayuda se lleva mejor!
  • No comer al centro, sino hacer raciones individuales.
  • Saber que tengo el amor de mi familia. Y que son tiempos de compartir. 
  • Que mi familia me apartara la comida en un plato individual.

Podemos añadir algunas pautas básicas que, siendo pequeños gestos, pueden haceros obtener grandes resultados. El más importante de esos desenlaces sería tener la fiesta en paz, que se traduce en poder disfrutar del tiempo con los nuestros.


Exponer nuestros miedos ante la situación, hablarlo desde la calma y con claridad con una persona de nuestra confianza, que nos sirva, como bien nos comentaban, de aliado en esos momentos, nos va a hacer partir de una posición diferente, más tranquila y nos va a dar la seguridad que nos pueda faltar internamente, al tener un apoyo con el que podemos contar en caso de necesidad durante el desarrollo de las comidas y cenas. 

Las cosas que nos ayudan en el día también las podemos llevar a este momento cómo pueda ser servirse en un plato lo que queramos “disfrutar” en lugar de ir tomando de las diferentes bandejas centrales. 

Os invitamos a comer conscientemente, disfrutando de las sensaciones de todos nuestros sentidos.

En Proyecto Princesas siempre hemos hecho mucho hincapié en la filosofía de centrarse en lo inmediato, de estar presente combinándolo con el “movimiento slow“, por eso, os invitamos a comer conscientemente, disfrutando de las sensaciones desde todos nuestros sentidos. Esto incluye, entre bocado y bocado, conversar con los demás con la tranquilidad de que, cómo tenemos a nuestro aliado en la mesa, si alguien saca un tema delicado y no lo podemos desviar por nuestra cuenta, tendremos el apoyo necesario para no entrar en barrena ante ciertos comentarios.

Pero puede que no quieras en ese momento restringirte a un único plato, que no quieras ser motivo de atención por ello, pero sobre todo porque también quieres poderte sentir como una mas y disfrutar de las cosas ricas que se han preparado. Hazlo. No pasa nada. Incorpórate como los demás a la mesa, avisando a esa persona de apoyo por si, en un momento dado, necesitas que te aleje ciertos platos. 

Y ya, después de las fiestas, podrás recuperar los hábitos que te ayudan a estar centrada para trabajar en la verdadera base del TCA que, como bien sabemos, no es la comida. Ésta solo es el vehículo a través del que se hacen visibles nuestras heridas. 

No se trata de que después de estos días te hinches a hacer deporte y dietas para “limpiar” o “compensar” sino que retomes tus actividades normales que serán las que, poco a poco, te regresarán a tu centro. 

Desde Proyecto Princesas os invitamos a disfrutar de la verdadera esencia de estas fiestas; disfrutar del momento ala compañía. Esperamos ser de ayuda para que tengáis, ¡Felices fiestas!

La fiesta en paz: Para quien sufre TCA

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