Este sábado 18 a las 18:30 horas desde nuestra cuenta de Instagram estaremos hablando en directo con Rachel Bels. Su testimonio «Mia» nos acerca a ella y a su historia. Tras haber sufrido bulimia y haber logrado superar la enfermedad, es un claro ejemplo de superación. A día de hoy se dedica a escribir historias románticas con un trasfondo importante de superación personal, usando para ello los cuentos clásicos. Su intención es mostrar mujeres actuales, fuertes y que sepan valerse por sí mismas.
Si quieres conocer más sobre ella, su experiencia y sobre superación personal, no te pierdas el directo en Instagram.
Puedes ver el vídeo del directo aquí
Testimonio «Mia»
Hace ya una década que apareciste en mi vida,
arrasando con todo, todo lo que tenía.
Eran momentos difíciles, una edad complicada,
no sabía quién era, lo que de mí se esperaba.
Ellos minaban mi fuerza y me arrebataban las ganas,
de seguir adelante, con lo que el mundo me daba.
Y apareciste tú, una tarde cualquiera, no te vi aparecer,
te plantaste a mi lado y ya no supe qué hacer.
Me sedujiste con gran facilidad,
con tus muchos encantos, con tu forma de hablar.
Había algo sensual en tu sencilla mirada,
con un simple guiño, me condujiste a un mundo de nada.
Esto es lo que soy, esto es lo que te puedo dar,
acude a mis encuentros y prometo que lo que deseas se hará realidad.
Cerrando los ojos no miré atrás,
me creí tus promesas, me agarré de tu mano y me dejé guiar.
Las primeras caricias no fueron sutiles,
y aunque no me agradaban, serían las primeras de muchas miles.
Nuestra primera vez fue en un baño oscuro,
te adentraste en mí sin mucho cuidado,
no importaban las formas, solo el fin era válido.
¡No lo tomes por costumbre, no se va a repetir!,
gritaba a oscuras, sabiendo que me mentía a mí misma, al creerlo así.
Encuentros a diario, cada vez más a menudo,
a escondidas en el baño o en el inframundo.
¡Qué ingenua era, se lo daba todo,
mi hambre, mi ansia, mi vida y mi mundo!
¿En qué me he convertido? ¿Adónde he llegado?
Me decía a mí misma, escondida en el baño.
Esto es una mentira, ¿por qué me he arrastrado?
Va pasando el tiempo y nada ha cambiado.
A lo largo de los años caí en un agujero
intentando hacerme daño: ira, odio, malestar,
pena, tristeza, miedo y sin ganas de hablar.
Todos me acompañaron durante mucho tiempo,
iban variando, según el momento.
No se lo conté a nadie, este infierno era mi decisión,
si deseo dejarte me enfrentaré sola y con valor.
Decidí romper, lo nuestro ya no podía ser.
Te equivocas, siempre estaré ahí,
me repetías, cada vez que volvía a ti.
Tantas recaídas, como una droga eras para mí,
pero llegaré a ser libre y te lo volveré a repetir.
Llegaré a ser libre, lucharé con fervor,
por sacarte de mi vida, fuiste mi peor error.
Fuiste tú, me dijiste, la que me vino a buscar,
yo seguía mi camino y me atrapaste al pasar.
Querida Bulimia, esta relación terminó,
búscate a otra a la que infringir dolor.
Ya pronuncio tu nombre, sin ningún temor,
te he superado y ya no te guardo rencor.
Ya es pasado, ya no está,
ya se ha ido y no volverá.
Repito esta plegaria a diario en mi mente,
es la única forma de tenerlo presente.
¿En qué me he convertido? ¿Adónde he llegado?
Me decía a mí misma, escondida en el baño.
Esto es una mentira, ¿por qué me he arrastrado?
Va pasando el tiempo y nada ha cambiado.
A lo largo de los años caí en un agujero
intentando hacerme daño: ira, odio, malestar,
pena, tristeza, miedo y sin ganas de hablar.
Todos me acompañaron durante mucho tiempo,
iban variando, según el momento.
No se lo conté a nadie, este infierno era mi decisión,
si deseo dejarte me enfrentaré sola y con valor.
Decidí romper, lo nuestro ya no podía ser.
Te equivocas, siempre estaré ahí,
me repetías, cada vez que volvía a ti.
Tantas recaídas, como una droga eras para mí,
pero llegaré a ser libre y te lo volveré a repetir.
Llegaré a ser libre, lucharé con fervor,
por sacarte de mi vida, fuiste mi peor error.
Fuiste tú, me dijiste, la que me vino a buscar,
yo seguía mi camino y me atrapaste al pasar.
Querida Bulimia, esta relación terminó,
búscate a otra a la que infringir dolor.
Ya pronuncio tu nombre, sin ningún temor,
te he superado y ya no te guardo rencor.
Ya es pasado, ya no está,
ya se ha ido y no volverá.
Repito esta plegaria a diario en mi mente,
es la única forma de tenerlo presente.
Testimonio «Mia» de Rachel Bels