El hambre es algo que aparece en cada unx de nosotrxs, pero hay veces que ese hambre es diferente y nos puede llevar a comer de una manera u otra. Esas diferencias se deben a que existen varios tipos de hambre. ¿Conoces el hambre fisiológica o el hambre emocional? ¿Las sabrías diferenciar?
Cuando sentimos hambre es importante saber de donde viene, al igual que cuando comemos es importante saber desde dónde lo hacemos y qué nos mueve a comer. Calmar o gestionar las emociones con la comida, puede tener graves riesgos para salud si se convierte en un hábito, pudiendo originar un posible Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA).
En este nuevo artículo Adrián Quevedo habla de los tipos de hambre ayudándote a ampliar tu perspectiva en la alimentación para que aprendas a diferenciar estas señales en tu cuerpo.
Ampliando tu perspectiva en la alimentación:
Los tipos de hambre
¿Qué señales en tu cuerpo te dicen que tienes hambre?
El hambre es un proceso de interacción biopsicosocial, por lo que no se rige exclusivamente por aspectos fisiológicos, como se tiende a creer. En el proceso del hambre, influyen también variables sociales como pueden ser la cultura de la dieta, los horarios, la sociedad de la imagen, tu entorno cercano, la industria alimentaria. O psicológicas, nuestra historia de relación con la alimentación y aprendizajes, creencias, emociones, estimulación.
Por lo tanto, el hambre no es un proceso sencillo y es normal que en algunos procesos de TCA, se produzca una desconexión con nuestro cuerpo y las señales de hambre en el. Es por eso, la importancia que llegado tu momento, en tu proceso, puedas darle espacio a trabajar esta área y para contribuir a ello, quiero compartir contigo estas líneas.
Como decíamos, el hambre no es sencilla y hay muchos estímulos que pueden despertarla. Jan Chozen Bays, pediatra y maestra Zen, desarrolla los diferentes tipos de hambres, en su libro, “Comer Atentos”, aportando luz a un tema tan complejo como es la alimentación
En el, nos presenta estos tipos de hambre, como diferentes tipos de estimulación que pueden contribuir a despertar nuestra sensación de hambre, aunque no sea un hambre puramente fisiológica.
Si atendemos a una clasificación sencilla de hambres, podríamos encontrarnos dos tipos, la emocional y la fisiológica.
Hambre Fisiológica | Hambre Emocional |
Alimentación material | Alimentación afectiva |
Necesidad de ser alimentado | Necesidad de afecto |
Ocurre de forma gradual | Ocurre de forma repentina |
Puedes esperar | No eres capaz de posponer |
Acto reflexivo (hay conciencia) | Acto impulsivo |
Independiente a un estado de ánimo determinado | El estado de ánimo influye en la cantidad y en la forma de comer |
Reconoces los alimentos que consumes | Comes sin control ni conciencia |
Hay disfrute | No hay disfrute |
No te sientes culpable al terminar | Sientes culpabilidad y malestar |
En la tabla podemos ver como diferenciar estos tipos de hambre de forma clara. Luego durante el proceso de recuperación, habrá que ir entrenando nuestra atención y nuestro cuerpo en la identificación e interpretación de esas señales.
Estos estímulos que pueden despertar el hambre influyen sobre nuestra toma de decisiones en la alimentación, por lo que en la medida en que podamos ser mas conscientes de ellas, podremos gestionarlas y satisfacerlas de diferentes maneras, no solo con la alimentación.
Ahora bien, la clasificación que hacen Chozen Bays sería la siguiente:
Hambre Visual:
Has escuchado alguna vez la frase: “Comes por la vista/ojos”. El hambre visual, se activa a través de la vista y puede despertarla algún alimento o estímulo a través tu vista. Alguna forma, presentación, color, textura, y/o presentación del alimento, pueden despertar en ti la sensación de hambre, a pesar de que estés saciad@.
Hay personas, que a la hora de alimentarse son más visuales y dan mayor importancia estos aspectos, ya que son los que contribuyen en cada un@ a despertar el hambre. Este hambre puede saciarse con el deleite y la belleza visual, o como decíamos antes con la alimentación visual.
Hambre Táctil:
¿Te has visto alguna vez en la situación de estar comiendo con las manos y “jugando” con la comida?.
El hambre táctil, se activa a través del tacto y puede despertarla algún alimento a través del contacto con tu piel. Alguna forma, textura y/o sensación , pueden despertar en ti la sensación de hambre. Hay personas, que a la hora de alimentarse son más táctiles y dan mayor importancia estos aspectos, este hambre puede saciarse con contacto físico o social.
Hambre Olfativa:
Hay determinados olores, diferentes en cada persona, que activan la sensación de hambre. Bien sea un olor familiar, gustoso, curioso o nuevo, es a través del olfato como se despierta esta hambre.
Gran parte de los sabores los experimentamos en la nariz, y el sentido del gusto, diferencia entre los sabores básicos, ácido, dulce, salado, amargo y umami. De hecho, es el sentido del olfato el que mas recuerdos evoca. Puedes saciar este hambre con algún olor familiar, agradable, oliendo un perfume, oler los olores de la naturaleza.
Hambre Bucal:
¿Te has visto alguna vez en la situación de estar comiendo a pesar de estar saciad@, debido a un sabor o textura con la que te cueste parar?.
El hambre bucal, se activa a través del gusto y puede despertarla algún alimento a través del sabor y la textura, las sensaciones placenteras en la boca. Este hambre puede saciarse con los sabores placenteros o texturas.
Hambre Auditiva:
¿Te has visto alguna vez en la situación de estar comiendo a pesar de estar saciad@, debido al sonido de un alimento en tu boca?.
El hambre auditiva, se activa a través de los sonidos al morder un alimento y puede despertarla algún textura o ingrediente al morderlo, además de los sonidos de la cocina o alguna preparación.
El crujir del pan o una patata frita, romper una onza de chocolate o unos frutos secos…
Este hambre puede saciarse con los sonidos, sonidos de naturaleza, una canción, una voz, un instrumento, con silencio
Hambre Estomacal:
¿Alguna vez has experimentado la sensación de vacío en el estómago, a pesar de no tener hambre y has terminado comiendo?, o ¿experimentado tensión o “nudo en el estómago” y se ha activado tu hambre?.
El estómago es un órgano que junto con diferentes señales corporales, nos indica que tenemos hambre fisiológica y que es momento de darle comida al cuerpo. Generalmente es un buen indicador, aunque hay veces que se activa más por hábito que por necesidad, nuestro estómago, se acostumbra también a nuestros horarios.
El hambre estomacal se sacia llenando el vacío con comida, a ser posible, comida real, nutritiva y sabrosa.
Algunas personas somatizan la tensión psicológica en el estómago y puede ser confundido con la sensación de hambre, cuando sientas tensión o ese nudo, puedes preguntarte: ¿Qué estoy necesitando en este momento?, ¿qué emoción estoy sintiendo?, ¿y qué me pide mi emoción?
Hambre Mental:
¿Te has visto alguna vez en la situación de tener un alimento delante y que tu mente empiece a decirte si es bueno, malo, saludable, perjudicial, si deberías comerlo o no?.
Entrar en ese diálogo mental, que en ocasiones terminas sintiéndote culpable, aparece el automachaque y perdemos el disfrute y la experiencia que es alimentarnos. El hambre mental, se activa a través de la rigidez y el control de la alimentación y se expresa a través de diálogo interno de si debo o no debo, etiquetas, absolutos y opuestos. Sería llevar una alimentación desde lo que “sabemos” que es “bueno”.
Este hambre puede saciarse con la confianza en el propio cuerpo, en nuestros conocimientos y en nuestras decisiones con respecto a la alimentación.
A día de hoy, es una de las que más se activa, debido a todas las recomendaciones científicas, cultura de la dieta, redes sociales, “recomendaciones fit”, porque lo dice una persona, en detrimento de la experiencia propia.
Hambre del corazón:
¿Te has visto alguna vez en la situación de comer, para llenar el vacío emocional, calmar la soledad, anestesiar el rechazo o para calmar una herida emocional profunda?.
El hambre del corazón, es un tipo que de hambre que a todas las personas se nos activa, la necesidad de afecto, valoración, que nos vean y nos reconozcan, nos acepten por cómo somos, que validen nuestras emociones, sentirnos acompañados…
El hambre del corazón se activa con la carencia emocional, la falta de afecto, tocar una herida profunda, está relacionada directamente con las emociones.
Te animo a que para profundizar en este hambre, te tomes una pausa y te permitas ir más allá de la sensación de hambre y profundizar en tu necesidad emocional real, ¿qué necesito en este momento?, ¿qué emoción estoy sintiendo aquí y ahora?.
Hambre Social:
¿Te has visto alguna vez en la situación de comer llevado por la inercia grupal, de manera automática e incluso compulsiva?
El hambre social, es un tipo que de hambre que todas las personas se nos activa y cada vez más, ya que la comida también cumple la función social de reunirnos a las personas en torno a ella para pasar buenos ratos, conversar…
Este hambre puede activarse si prestamos atención a juicios que a veces aparecen, tipo se va a acabar la comida sino como, me voy a quedar sin nada, por resonancia grupal o por aprendizaje de la propia situación.
El hambre social se sacia con la atención enfocada en el disfrute de la comida y de la compañía, enfocado en el aquí y en el ahora, siendo consciente de tu hambre, pero sin perderte el deleite de la compañía.
Entonces, llegad@s hasta aquí, para que nos puede servir esto.
- Conocer más y mejor diferentes variables y estímulos que pueden influir en nuestra sensación de hambre.
- Aprender a diferenciar entre cuando puede ser un hambre más fisiológica o de otro tipo.
- Aprovechar esos tipos de hambre para trabajar en nuestro proceso de recuperación.
- Ampliar nuestras señales para poder identificar el hambre.
- Aprovechar las hambres que más se activen en cada persona, para experimentarlas de forma consciente y así poder saciarlas.
Entre las formas de saciar los hambres que he propuesto en el artículo, son generales, es importante que tu encuentras tu forma de poder ocuparte de ese hambre o sensación, esto es un proceso de auto conocimiento y auto descubrimiento.
Espero que estas líneas os puedan servir de ayuda y para seguir ampliando la mirada sobre la alimentación.
¡Adelante, es hora de seguir descubriendo en tu aventura con la alimentación!