Nos encanta compartir los testimonio sobre TCA que nos hacéis llegar. Gracias a ellos conseguimos hacer comprender a muchas personas lo que es padecer Trastorno de la Conducta Alimentaria. Mientras que otras personas se ven reflejadas y les ayuda a darse cuenta que no son las únicas personas que pasan por esto.
«La falda blanca» nos hace testigos de la ansiedad que puede provocar caer en la obsesión de las tallas cuando se padece TCA y manda un gran mensaje: «Eres mucho más que una simple talla»
La falda blanca
Sí. Sabes de que falda te estoy hablando. Esa falda que te probabas cada día. Esa que deseabas que te estuviese como en un pasado te estuvo. Esa falda con la que, sin ninguna duda, te obsesionaste. Deseaba con ansias volver a mi habitación, quitarme lo que llevase ya fuesen unos simples leggins o los vaqueros más costosos de poner y probarme esa falda. Comía pensando en como me quedaría la puñetera falda cuando me la probase, si el botón cerraría por fin.
Un día llegué con prisa a mi habitación y me la probé, como ya era costumbre. Esta vez había algo diferente. El botón cerraba. Pero yo, o mejor dicho el bicho que tengo dentro, no se conformaba. Sabía que me podía quedar mejor ya fuese apretándome menos los muslos o quedándome más ancha de cadera. En mi mente apareció una niebla, el bicho usó una bomba de gas que me impedía ver la meta. Mi objetivo principal que era entrar en esa falda se me olvidó. En aquel momento dejó de haber un punto al que llegar o una talla en la que caber.
Simplemente era conseguir menos y menos cada vez, sin importar la salud, la estética o la autoestima.
Hoy en día esa falda me queda ancha. Después de haber sufrido tanto por caber en ella no la puedo utilizar, pero tampoco quiero. Ahora mismo solo lucho día y noche por poder ir a una tienda, buscar la falda blanca que más me guste y comprármela. Sea la talla que sea, me apreté más o menos y sólo importándome si me gusta como me queda.
Es cierto que la fuerza que tu empeñes influye, pero la ayuda psicológica es fundamental para este proceso. Sobretodo hay que mantener el ánimo, aunque sé que eso es imposible. Pero los cambios incluyen las recaídas, y pasar una mala etapa no va a arruinar tu vida para siempre.
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