Queremos compartir con vosotrxs Querida mamá, testimonio que nos envió Pelo de muñeca y que nos muestra a través de su vivencia cómo los comentarios pueden afectar y empeorar el estado de ánimo de la persona. Deseamos que sus palabras lleguen a muchas personas y que hagan entender cómo se siente al padecer Trastorno de la Conducta Alimentaria y cómo ciertos comentarios pueden agravar el sufrimiento de la persona.
«Tengo 21 años, lucho por salir de la anorexia desde hace 3 años y de los TCA en general desde los 14 años. Mi motivación es mostrarme frente al mundo sin miedo a ser discriminada por padecer un TCA, formar parte de una comunidad que alza su voz para visibilizarlos y así, ir erradicándolo del mundo.»
Pelo de muñeca
Querida mamá, no soy mi enfermedad
Hola, hoy escribo esto porque siento que todo me duele, me duele el pecho de todas las cosas que me dicen, de todo lo que no digo y de lo invalidada que me siento en este lugar.
A veces he creído odiarlo todo, odiar a mi madre, odiar lo que soy, odiarme mucho porque siento que yo soy el problema. Entiendo que las palabras que me dicen, sobre todo mamá es porque se preocupa por mí, porque se siente cansada de verme así todo el tiempo. Eso lo entiendo, pero ¿qué hay de mí? Yo no me siento entendida.
Sé también que ella, al igual que yo lleva años buscando respuestas, buscándolas en mí como yo misma también lo hago, pero que no las he hallado aún.
Por eso, querida mamá, cuando me presionas para hablar solo termino llorando. Quizás esa sea la única forma en que mi cuerpo expresa todo lo que lleva adentro, el llorar y el no comer. Lloro porque quiero botar todo lo que presiona mi pecho y dejo de comer porque quisiera ser perfecta, pequeña, reducirme a un tamaño aceptable en el que me sienta cuidada o aceptada, no solo por ti, sino por todo el mundo.
Odio que no aceptes que soy diferente, que me comporto diferente a mis hermanos, a mis primos, a mis amigos, me duele tanto que no entiendas o peor, que no aceptes que quizás soy todo lo que no son ustedes. Desde muy pequeña me sentí fuera de lugar en la familia porque todos son tan expresivos, tan animados, tan extrovertidos y amigables, pero yo no soy así por más que he intentado ser diferente.
Dios sabe que hago de todo cada día por dejar de contar calorías, dejar de pesar la comida, empezar a comer cómo dices que quieres que lo haga, pero siento que no puedo, que los pensamientos son tan abrumadores que terminan venciéndome.
Aun así, hasta en eso soy diferente, porque cuando realmente quiero comer y estoy motivada a hacerlo, tampoco soy aceptada por ti y por mi familia en general, porque comen en cantidades más grandes que yo, les gustan cosas que a mí no, comen muchas veces… Yo los veo y me siento tan mal conmigo misma, siento que no encajo en los almuerzos porque todos me ven, y aunque no digan nada, puedo saber en cierta medida lo que piensan:
«Come muy poco…», «Come muy despacio», «Mejor no le preguntemos si quiere comer porque se molesta», «Mírala está muy delgada», «Debería comer más…»
«No consume bebidas con azúcar, si el azúcar la necesita todo el mundo…», «No vas a engordar con un poco de comida, sírvete más», «Comes así de poquito», «El otro día la abracé y sentí sus huesos…»
«Creo que hoy se ve mejor, espera creo que de nuevo ha bajado de peso», «Por favor come, por qué lloras, no se arruina el mundo con un poco de comida», «Hay muchos que no tienen que comer, pareciera que no valoras lo que tienes, lo tienes todo, una casa, una familia, tus estudios…»
«Tu prima salió adelante, eso es lo que me gusta de ella, eso deberían copiar tú y tu hermana, la verdad que me estresas, cuando salimos nunca te decides qué comer o dejas la comida, porque tú no comes entonces yo tengo que comerlo porque sino sería botar la comida, las peleas son a raíz de la comida, comida y comida…..»
Y así podría escribir sin parar sobre todas las cosas que se me vienen a la mente que me hacen sentir mal, que hacen que entre en ese bucle de pensamiento; dejar de comer, pensamiento, estrés, llanto, encierro, dejar de comer, compensar, contar calorías, comer en las noches encerrada en mi cuarto, no soportar mi silencio cuando antes lo disfrutaba… Acordarme de cuando estaba bien, desear estarlo de nuevo, más llanto, acordarme de cuando estuve con aquel chico y volver a sentir todo el dolor que me causó, llorar de nuevo, sentir odio, tomar pastillas para dormir, quedarme dormida y al otro día despertar….
Despertar a veces sin ánimos porque tengo miedo de que se repita otra vez.
Y despertar otras tantas con más ánimos de darlo todo igual, porque te aseguro mamá que anhelo tanto salir.
Querida mamá, también te aseguro, que no soy mi enfermedad.
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Marta
Gracias por compartir tus pensamientos. Soy madre de una chica con anorexia y me has ayudado mucho a entenderla un poco más. És tan doloroso ver sufrir a quien quieres con toda tu alma….. Y no saber cómo ayudarla… Gracias por tus palabras!
Esther
Es una enfermedad tan dura que se te va el alcance de saber cómo poder ayudar.
Llevamos mi pareja,mo hija malita y yo 2 años luchando, ingreso tras ingreso y sin ver la luz!!!
Mucho ánimo y fuerza a todas esas princesas maravillosas que tienen toda su vida por delante!!!!
Luchar!!!!!
MIGUEL
Es una enfermedad durísima, sobre todo porque al final tiene poco que ver con la comida y más como ha dicho esta chica con la gestión de sus sentimientos, todos los padres y familiares intentamos ayudar a nuestras hijas, ser lo más amorosos que podemos, estar siempre para ellas, ser su apoyo, en fin, al final todos hemos dejado nuestras vidas aparcadas para intentar que ellas tengan una vida más o menos normal.
El testimonio que he podido leer me parece desgarrador, deja al descubierto la devastación que supone en un ser humano esta enfermedad, yo siento esa devastación en el cuerpo y en la mente de mi hija, y pienso que puedo hacer para que algo cambie, porque lo cierto que en el caso de mi hija y en el caso de la niña que escribe esta carta, no parece estar dispuesta a cambiar, incluso se lee que ella es distinta a sus hermanos y primos y que come distinto, en primer lugar cada ser humano es único e irrepetible y a la vez todos somos iguales, esto es muy difícil de entender para ellas, igual que sus primos o hermanos no tienen problemas para comer, tendrán otras dificultades, pero hay que tener la confianza para decir alto y claro no puedo y pedir ayuda, dejar de luchar y entender que el camino que llevo no es posible, que mi vida terminará pronto o bien por no comer o bien porque no podré aguantar a mi propia cabeza.
Yo creo que lo más importante es derrotarse reconocer que nadie podemos vivir sin ayudas, que jamás hubo ni habrá ningún ser humano perfecto y que el secreto es tratarse bien y quererse a uno mismo.
Yo le propongo a esta niña que intente decir lo que siente que pida ayuda y que deje de pensar en la perfección y a reconocerse impotente ante esto, que cambie no por los demás sino por vivir, por vivir su vida con plenitud.
Siento mucha compasión por ella y por mi hija siempre tendréis a vuestros padres para ayudaros solo tenéis que pedir ayuda cuando la necesitéis.
Raquel
Precioso y a la vez estremecedor.
A mi hija se la diagnosticaron con 13 años y cumplio los 14 estando en su primer ingreso.Salio a los dos meses y medio y ha sido una gran escalada de emociones y sentimientos.Son fragiles,pero su enfermedad los vuelven crueles contra nosotros y contra ellas mismas.A dia de hoy y despues de un año puedo decir que esta fenomenal,no solo ha llegado a su peso sino que vuelve a ser esa niña feliz y con ganas de cosas como antes.Pero no nos engañemos,su enfermedad esta con ellas,las vigila,nos vigila y espera a ver si bajamos la guardia.Son niñas fragiles,perfeccionistas y se ha de velar en todo momento por su autoestima.Hace un año otros padres me decian….se sale…y yo lo veia imposible,era horroroso por aquella epoca.Pero si,no me digais como…son como pequeños clikc en sus cabezas.Hoy os lo digo yo….no perdais el animo,es como cuando aprenden a leer y empiezan a juntar letras….es como si poco a poco en su cabeza las cosas se van reorganizando y un dia…bum!!Paciencia,mucha paciencia,su mounstro hace que a veces la pierdas,pero no debe vencernos.Yo hoy estoy feliz,pero siempre alerta.OS ENVIO MUCHO MUCHO ANIMO,con amor todo se puede.
Mertxe
3años ,3largos años con esta enfermedad
Ingreso , hospital de día,ingreso 24horas,parecía que las cosas empezaban a ir mejor.Mamá he vuelto a meterme los dedos,porque no consigo situarme ,porque no me integro,porque la vida me puede.
Mi moral ha caído en picado,las fuerzas me fallan,no sé cómo ayudarla,he recorrido mil sitios distintos,he probado terapias alternativas.
Todo repercute,la economía también falla,al igual que las fuerzas
Me siento agotada.
La dichosa enfermedad me ha hecho enfermar a mi también
Cómo entonces ayudarla?
Soy humana,cada día me esfuerzo en levantarme.
Odio al monstruo que un día se asomó a mi casa,y se ha quedado de huésped..estoy desesperada porque nadie nos ayuda de verdad,y el desánimo es muy grande ya!
Proyecto Princesas
Hola Mertxe!
Lamentamos leer lo que nos cuentas y además con tanto tiempo de demora. Te pedimos disculpas.
Estas en manos de profesionales? Si necesitas ayuda, escribe a info@proyectoprincesas.com
Un abrazo 💜