Navidad, familia y TCA: Cómo tener la fiesta en paz

La epoca de navidad son motivo de desequilibrio para quienes padecen TCA. Dedicamos este artículo especialmente a la familia para ayudar a tener la fiesta..

No siempre las Navidades son tan ideales como vemos en las películas. De hecho la época de navidad puede convertirse en un infierno para quien sufre un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) y para los familiares que están cerca.

El hecho de haber comida por todas partes, que las rutinas diarias cambien, la reunión con familiares y amigos que no vemos diariamente, los comentarios acerca del cuerpo de los demás y de las dietas que harán en enero… Es un cóctel navideño que dispara en muchas ocasiones los pensamientos y las conductas del TCA.

Desde Proyecto Princesas queremos acompañaros para que el objetivo de estas semanas navideñas sea “tener la fiesta en paz”.

Si tienes un ser querido con TCA, seguramente te preocupa cómo van a ser estos días, y cómo puedes ayudar. Ten en cuenta que curarse de esta enfermedad es una carrera de resistencia y no de velocidad. Así que intenta durante estas tres semanas vivirlo de un modo relajado. Eso no significa que ella o él no te importe, o que le estás prestando poca atención o siendo mala madre, mal padre, mala amiga, o mala pareja. Todo lo contrario. Vamos a hacer de la navidad un tiempo bonito para estar juntos en vez de conectar con la culpa, los “deberías” o los juicios. De nada sirve forzar una normalidad imposible aún con la comida. 

¿Cómo ayudar en Navidad a quien sufre un TCA?
6 tips para familiares, amigos y parejas

  1. Aceptar que mi hijx, mi amiga/o, mi pareja, sufre una enfermedad. Y eso no puede cambiarse ahora, de modo que resistirme a eso sólo generará dolor y sufrimiento. Pero esta persona no sólo es una enfermedad, así que vamos a acogerla tal y como está ahora y ver su parte sana, su luz. Aunque nos duela esta enfermedad no se va a curar en estos 15 días que dura la Navidad.

  2. No comentar nada sobre su aspecto físico ni tampoco sobre el aspecto y la forma de  los cuerpos de los demás. Este punto es tremendamente importante. Colaboremos en descentrar la atención del cuerpo y su talla.

  3. Seamos amables, sonriamos, para generar emociones positivas en nosotros mismos y los demás. Dice Steve Hall que “La más verdadera forma de amor es cómo te comportas con otra persona, no lo que sientes por ella”. Puedo elegir que mi actitud sea amable y no crítica o exigente, y mis palabras amorosas o tranquilas. No dejemos el piloto automático encendido, ese que hemos usado otros años…vamos a elegir qué pienso, que digo y qué hago.

  4. ¿Dónde voy a enfocar mi atención en esa festividad? Si atiendo a la manera de comer de quien tiene TCA, a sus caras de ansiedad cuando ve mucha comida, a su nerviosismo, me voy a estresar, sentiré miedo y querré hacer algo rápido para que eso cambie. Y ese no es el objetivo. Me voy a enfocar en otros temas. Puedo preguntar por libros que se leen, hacer preguntas interesantes o nuevas como “Si pudierais ser un superhéroe, ¿cuál elegirías?, ¿Qué te ha hecho sonreír recientemente?».

Puedo redireccionar mi atención si siento que me angustio con la conducta de la persona afectada. Por ejemplo puedo hacer un juego muy sencillo de mindfulness que me vuelve al aquí y ahora y me relaja. Se llama 3 cosas sobre 3 cosas. Consiste en buscar 3 cosas de la habitación que me resultan bonitas y describir interiormente tres razones de cada una por las que lo siento así. Por ejemplo: El centro de mesa. Me gusta su composición, me alegra los colores que tiene, y me parece atractiva su textura… Y así con otros dos objetos más. Tras ese breve ejercicio vuelvo a respirar y me reenfoco.

Vamos a redirigir nuestra brújula interna para vivir este día con gratitud y presencia. Ese día no vamos a decir nada ni con miradas acusadoras o críticas, ni con indirectas porque el objetivo es generar un bonito día en el que pensaremos en lo que nos une y no en lo que nos separa o nos da miedo.

Centrarnos en disfrutar de su presencia, de su compañía, de una buena conversación que se centre en cualquier temática menos en la de las comidas o la compensación para después de las celebraciones. Ir día a día sin anticipar nada. Concentrarnos en el momento inmediato, vivir en el presente.

  1. Los síntomas no son su culpa. Vamos a recordar que está pasando por esta enfermedad, y que al igual que una alergia al marisco o una celiaquía no da una tregua en los días de la navidad, los síntomas de miedo a la comida de un TCA tampoco. No es un rechazo a quién lo cocinó, es un síntoma, como la tos en quien tiene neumonía. 

  2. Pregunta a la persona afectada ¿Cómo te puedo ayudar en estos días?

Quizá hablar de los pequeños detalles que pueden presentarse pueda reducir la ansiedad: dónde se sentará en la mesa, qué platos habrá, qué decir ante los comentarios de algún familiar, cómo han de reaccionar si se levanta al baño justo después de comer, o de qué manera puede aliviar su ansiedad en la mesa…. Que sea la persona afectada la primera que proponga ideas de lo que sería mejor para ella, y que los padres, pareja o amigos lo continúen. 

Por último, no olvides lo más importante:
  1. Vamos a recordar que está pasando por esta enfermedad. Es importante que mientras evolucionamos dentro del proceso de la enfermedad, aprendemos a liberar la tensión, a tender la mano de otra manera, en estas fechas, concentremos todo ese amor en darles (y darnos) un respiro.

Esperamos que este artículo, “Navidad, familia y TCA: Cómo tener la fiesta en paz” sea de ayuda para disfrutar de estos días tan especiales con más calma y equilibrio.


Si quieres tener más información para «tener la fiesta en paz», ¡no te pierdas la serie de directos sobre navidad y TCA!

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