Sanar la relación con el espejo: Clave en la superación del TCA

Cuando se sufre un Trastorno de la Conducta Alimentaria, es muy frecuente encontrar una mala relación con el espejo. Compartimos recursos que te ayudarán a sanar...

¿Qué ves cuando te miras al espejo? ¿Te gusta la imagen que ves? ¿Te produce ansiedad solo pensar en ponerte frente a él? Tener una mala relación con el espejo es algo bastante común, especialmente para la gran mayoría de personas que sufren Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA). 

Conocemos el malestar que provoca en muchas personas la exposición al espejo, pero también sabemos que es importante sanar la relación con él durante la recuperación del TCA.

Pepa Paredes se estrena como colaboradora en Proyecto Princesas con este artículo donde nos habla acerca de sanar la relación con el espejo y superar una imagen corporal distorsionada en el proceso de recuperación del TCA. Nos comparte algunos valiosos recursos que esperamos que te sean de gran ayuda.

SANAR LA RELACIÓN CON EL ESPEJO:
CLAVE EN LA SUPERACIÓN DEL TCA

La relación (casi siempre tortuosa) con el espejo, es un aspecto muy presente en las personas afectadas por un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA). Normalmente, la imagen percibida produce tanto malestar e insatisfacción que pendula entre dos extremos: o una frecuencia excesiva de comprobaciones y exámenes corporales, o una evitación total de enfrentarse al reflejo. 

En determinados momentos del tratamiento la exposición al espejo está contraindicada. Primero hay que reforzar la estructura física, psíquica y emocional de la persona para poder ir asumiendo otros retos. Sin embargo, sabemos que hay evidencias de que la exposición a un estímulo temido reduce la intensidad de nuestras respuestas emocionales ante el mismo, es decir, que nos acostumbramos a él y desarrollamos recursos para afrontarlo. Por ello, en algún momento del proceso, sanar la relación con el espejo es CLAVE para superar el TCA. También sabemos que una imagen corporal distorsionada es un factor que mantiene y refuerza el trastorno. 

Después de esta introducción general, te hablo a ti, en primera persona. Sé que estás pasando por esto y que no te resulta nada fácil abordarlo. Seguramente por tu mente estarán rondando algunas de estas preguntas: ¿esto cómo se lleva a la práctica? ¿por dónde empiezo para que mi relación con el espejo sea más saludable?

En primer lugar: siendo consciente de que es un aspecto a trabajar, y de que es necesario abordarlo con mucha paciencia y amabilidad contigo misma.

Te propongo algunos pasos que puedes ir llevando a tu día a día. No olvides que la orientación y acompañamiento de algún profesional especializado en el tema pueden ser de gran ayuda.

  1. Observar si la naturaleza de los pensamientos y sentimientos relacionados con el cuerpo fluctúan. Puede ser útil que tomes conciencia de que la imagen corporal no es una idea fija. Suele estar condicionada por los antecedentes vividos y por el estado emocional. Esta variabilidad nos da una prueba clara de cómo lo que percibimos está influido por nuestras disposiciones emocionales. Siempre teñimos la experiencia con el filtro emocional y anímico del momento, por lo que es difícil que haya una percepción objetiva de la realidad. Aquí puedes ver dos ejemplos:
    • (i) Antecedente vivido como negativo: no he sido invitada a un cumpleaños y me encuentro desanimada. Al mirarme en el espejo me veo los muslos muy grandes.
    • (ii) Antecedente vivido como positivo: una compañera me ha dicho que he hecho un gran trabajo y me encuentro motivada. Al mirarme al espejo me siento cómoda con la imagen que me devuelve.

Ninguna de las dos percepciones anteriores es absolutamente cierta y, al mismo tiempo, para ti son reales. Es natural. Entender esto puede ayudarte a quitarle importancia a lo que percibes.

2. Practicar una postura no enjuiciadora con respecto a tu cuerpo. Hay que reconocer que es muy difícil, dentro del contexto social y cultural en el que vivimos, hacer observaciones no enjuiciadoras sobre nuestro cuerpo. Por otro lado, una autoestima saludable no implica que nos guste siempre lo que vemos o que nos digamos todo el tiempo mensajes positivos. Se trata más bien de caminar hacia la aceptación, desde una relación amable contigo misma. Para ello te propongo:

  • (i) Observar el cuerpo y aceptar completamente lo que ves: 

“Estos son mis muslos y así es como son. Cumplen bien su función.”

  • (ii) Si continúan apareciendo los pensamientos enjuiciadores, describirlos, pues de este modo les quitamos poder al no tomarlos como una verdad absoluta. 

Observa la diferencia entre afirmar “mis muslos son muy grandes” y describir «el pensamiento de que mis muslos son muy grandes ha venido a mi mente”.

3. Durante la exposición al espejo, lleva la atención a las sensaciones corporales. 

Es indudable –y muchas veces inevitable– sentir malestar al mantenerte delante del espejo. Una estrategia para disminuir ese malestar que viene de los pensamientos negativos es bajarle el volumen a la mente y subirle el volumen al cuerpo. Para practicar esto, te propongo:

  • (i) Cada 1 o 2 minutos, cierra los ojos. Lleva tu atención a la respiración y a las sensaciones internas que te llegan de la zona de tu cuerpo que estás observando (temperatura, tensión o relajación, contacto con la ropa…).
  • (ii) Conecta con tu respiración y con las sensaciones corporales que te llegan de la misma (ritmo, volumen del aire, partes del cuerpo que se mueven al tomar el aire o al soltarlo…).
  • (iii) Vuelve a tu imagen y a tus sensaciones corporales alternativamente, a tu propio ritmo. Observa si al llevar la atención a las sensaciones corporales tu percepción ha cambiado. Si no es así, no lo busques con urgencia y no te frustres. Simplemente irá sucediendo a medida que vayas practicando más y más.

Si vas poniendo en marcha estas acciones, puedes favorecer el desarrollo de recursos muy útiles y valiosos. Algunos de ellos pueden ser: 

  • Aprender a identificar tus dificultades.
  • Ir afrontando lo que temes desde otra perspectiva.
  • Observar la relación entre tu estado de ánimo y tus pensamientos.  

Esto te proporcionará habilidades para poder manejar tus reacciones, quitarle foco al espejo y disminuir el poder que tiene sobre ti. 

Te invito a que pruebes, a que lo intentes y a que busques ayuda cuando la necesites. Sé que no es fácil y, al mismo tiempo, como dijo Erica Jong:

“Si no arriesgas nada te arriesgas incluso más”


8 comentarios

  1. Julissa

    Wow, este artículo me ha puesto a pensar en demasiadas cosas, y hay tanta razón en los puntos que ha mencionado, empezaré a trabajar en eso, gracias <3

  2. Aitziber

    Gracias por todos y cada uno de los pasos que dais por nostr@s.

  3. Proyecto Princesas

    Un placer poder acompañaros para que poco a poco vayáis dando esos pasos 💜
    Te abrazamos fuerte

  4. Proyecto Princesas

    ¡Nos alegra que te haya hecho pensar y te haya puesto en acción!
    Gracias a ti por leernos 💞

  5. yuni

    este artículo me dió mucho por pensar…me ayudo mucho, gracias <3 💗

  6. Proyecto Princesas

    Qué alegría saber que te ha servido de ayuda!
    Muchísimas gracias a ti por leernos 💜

  7. mica

    muuuchas gracias por compartir esta información, me dejó motivada y pensando muchas cosas. gracias!!

  8. Proyecto Princesas

    Hola Mica!
    Nos alegra saber que te ha motivado y te ha hecho pensar.
    Esperamos de corazón que te ayude!💜 

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