Testimonio: A veces escribo poesía

Este testimonio habla de Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) y Trastorno Límite de la Personalidad (TLP). El TLP tiene mucha comorbilidad...

Este testimonio sobre Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) y Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) nos llega desde Arequipa, Perú, de parte de Anto.

Aunque no es un tema que hayamos tratado tanto aquí, el TLP tiene mucha comorbilidad con los TCA, así que no es raro padecer ambos al mismo tiempo. Por tanto, visibilizar el TLP es también muy importante para nuestra comunidad. ¡Gracias Anto por animarte a ello!

Me motiva compartir mi testimonio porque estoy a puertas de ser bachiller en psicología. Quiero ser agente de cambio, no solo para mi país, sino trascender fronteras y servir como testimonio, sobre todo para pacientes con Trastorno Límite de Personalidad, que es lo que yo padezco. Los TCA son una de las tantas comorbilidades de este trastorno tan complejo y lleno de estigma, que debe ser tratado con respeto y amor como cualquier otra patología. Mi mensaje para Proyecto Princesas sería que florecer cuesta días de lluvia y sol. El punto es validar todas nuestras emociones. Son compañeras de viaje y, así como vienen, se irán. Aprendamos de ellas y, cuando nos vuelvan a encontrar, ¡que nos vean más llenas de vitalidad y fortaleza!

Anto

A veces escribo poesía

Desde muy joven vi que yo era diferente. Recuerdo que en la secundaria no me sabía acoplar completamente con mis compañeras. Más o menos a la edad de 13 a 15 años empecé a autolesionarme y a generar heridas y cicatrices en mi cuerpo.

No sabía cómo lidiar con el dolor, de no saber cómo ser aceptada por mis compañeras de la escuela, tanto en mi aspecto físico como emocional.

A medida que fui creciendo, ya en la universidad, decidí escribir estas experiencias por medio de la poesía, un gran paliativo para mí. Sin embargo, fue cuando cumplí recién los 19 años que me diagnosticaron con Trastorno Límite de la Personalidad debido a un intento de suicidio. Ahí cambió todo. Descubrí las diversas comorbilidades que abarca esta patología, aun con más razón siendo estudiante de psicología. Entendí mi impulsividad. Entendí a su vez también la inestabilidad emocional que tenía. Pero por sobre todo, esa desconfianza constante en mi ser, en especial en mi forma de verme, de vestirme y en mi figura.

Es así como caí en lo que es la bulimia nerviosa, desde donde hace 5 años estoy transitando.

Sé que es un gran camino por recorrer, no solo por el TLP sino por todo lo que conlleva, y por el mundo que son también los Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA). Me podía pasar días comiendo, sobre todo ahora durante la cuarentena, teniendo atracones, comiendo y depurando mediante laxantes.

Esto lo he compartido mucho más a fondo con mis mejores amigas, que han sido mi mejor soporte. También mi psiquiatra. Otra gran fuente de contención ha sido mi psicóloga, con la que llevo el tratamiento y que hace que me esfuerce cada día más por sacar lo mejor de mí, entendiendo también que esto será transitorio. Que el poder está dentro de mí.

No soy maravillosa por mi cuerpo, sino por otras habilidades como mi inteligencia, mi empatía y ver la forma de ver la vida con resiliencia.

Estoy a puertas de conseguir mi bachillerato y de ser psicóloga, y es la mayor inspiración para mí. Poder ser testimonio y prueba fidedigna de que NO somos el trastorno. Somos mucho más que este “huésped”, que solo nos está demostrando lo grandes que somos.

Anto


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